No es de extrañarse. Ayer llamó la atención una denuncia que hiciera el candidato panista Felipe Granda en contra del priísta Simón Valanci, el empresario y hoy candidato azul señala que Simón manda sus huestes a sus mítines para provocar violencia, razón por la cual y para evitar roces, ha decidido sacrificar ya dos organizaciones de mítines.
Nada que sea nuevo, qué les extraña, todos conocen a Simón y no por sus melodiosos spots que atiborran el eter de su programación chafa, todos lo conocen por sucio, por chantajista, por poderoso animal de mañas. Qué les extraña este tipo de maniobras de un tipo que ha usado toda la vida los medios de comunicación de su propiedad para sembrar la discordia y el odio en contra de sus adversarios políticos o peor aun en contra de sus intereses económicos.
No es nuevo, recordemos como dedicó sus contenidos enteros a denostar la administración de la panista Victoria Rincón, sus mensajes llegarón a la peor de las mesquindadades cuando acusó a Vicky de no ser digna de una alcaldía por su condición femenina.
Sus caballos de batalla lo saben, ha usado cuanto ha tenido para lograr sus propósitos, así chantajeó al PRI de hace unos años por las múltiples deudas que el tricolor contrajo con sus empresas, deudas que por medio de táfico de infuencias él mismo propició.
Todavía hace dos años lo vimos presionando para obtener algún espacio plurinominal y al no lograrlo también lo vimos disciplinarse indigno al más puro estilo priísta de la primitiva era que duro 73 años y que tanto daño hizo a México.
Don Felipito no tenía que meterse de candidato para conocer la verdadera facia (lease cara) de sus amigos de infancia cremosa, pero que necesidad.
Cuidado, que este tipo es de lo peor.
Nada que sea nuevo, qué les extraña, todos conocen a Simón y no por sus melodiosos spots que atiborran el eter de su programación chafa, todos lo conocen por sucio, por chantajista, por poderoso animal de mañas. Qué les extraña este tipo de maniobras de un tipo que ha usado toda la vida los medios de comunicación de su propiedad para sembrar la discordia y el odio en contra de sus adversarios políticos o peor aun en contra de sus intereses económicos.
No es nuevo, recordemos como dedicó sus contenidos enteros a denostar la administración de la panista Victoria Rincón, sus mensajes llegarón a la peor de las mesquindadades cuando acusó a Vicky de no ser digna de una alcaldía por su condición femenina.
Sus caballos de batalla lo saben, ha usado cuanto ha tenido para lograr sus propósitos, así chantajeó al PRI de hace unos años por las múltiples deudas que el tricolor contrajo con sus empresas, deudas que por medio de táfico de infuencias él mismo propició.
Todavía hace dos años lo vimos presionando para obtener algún espacio plurinominal y al no lograrlo también lo vimos disciplinarse indigno al más puro estilo priísta de la primitiva era que duro 73 años y que tanto daño hizo a México.
Don Felipito no tenía que meterse de candidato para conocer la verdadera facia (lease cara) de sus amigos de infancia cremosa, pero que necesidad.
Cuidado, que este tipo es de lo peor.
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