La edición del 19 de febrero el diario de Chiapas publica como tema principal la nota "Palacios incita a maestros" con pase a la página 28.
La mañana del lunes 19, la periodista Jatziri Caba quedó sorprendida al ver que la citada nota periodista se le atribuía a su autoría, algo que jamás había investigado y redactado en su medio.
La nota no cobraría importancia si las constantes llamadas a la reportera Jatziri Caba no hubieran cuestionado sus fuentes dudosas citadas en el texto, los exagerados calificativos hacia el funcionario y sobre todo, si la reportera hubiera investigado el tema en el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación VII, sobre las graves denuncias contra el funcionario.
En virtud de ello, la reportera decidió pedir una explicación por escrito (algo inusual en el medio) a su editora pues es común que en algunas ocasiones se cometan errores involuntarios en la autoría de notas u otro tipo de redacciones. Sin embargo, la explicación fue verbal y la respuesta tajante: No había ninguna equivocación. La nota se firmó por instrucciones y no había nada que aclarar.
Derivado de esto, la reportera decidió presentar su renuncia al Diario de Chiapas. Esta decisión de Jatziri Caba es un acto honesto, congruente y sobre todo un ejemplo para los reporteros que sufren este tipo de violaciones al interior de sus medios.
Si bien, los reporteros locales conocen la línea editorial del Diario de Chiapas, la renuncia constituye una denuncia pública que pone enen evidencia la práctica antiética que aun existen en los medios locales de Chiapas, y la utilización de los periodistas para denostar a los enemigos políticos del gobierno en turno, o simplemente para ganar componendas de los grupos políticos en el poder.
Lo grave de este asunto es que el medio utilice a sus propios reporteros como escudos en este guerra interna de los grupos políticos. De ahi, el ejemplo de Jatziri.
Como en aquellos casos de situaciones de crisis, el Diario de Chiapas pudo haber optado y explicarle a la reportera que se trataba de un error involuntario o bien asumirlo con el texto "De la Redacción", antes que poner en evidencia los intereses del medio y su falta de ética como empresa editorial.
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