En menos de dos años murieron por enfermedades dos personajes claves de la actual situación del periodismo chiapaneco y también arquitectos de la relación Prensa- Estado: Jorge Toledo Coutiño y Conrado de la Cruz Jimenez, el primero dueño de El Diario de Chiapas y el segundo, de Cuarto Poder. Ambos con gran influencia en la clase política local, aunque el segundo con mayor respaldo de editores y periodistas nacionales e internacionales, incluso con premios periodísticos.
El peso de los dos personajes, como dicen sus editoriales, ayudaron a construir una relación de la prensa con los gobernantes en turno, a la manera y la visión de los editores, es decir, ayudaron a construir un prensa dominada y controlada por el gobierno, a cambio de obtener la "publicidad institucional" indiscriminada, pero sobre todo, en aras de garantizar gobernabilidad política. Creo, sin lugar a dudas, esa es la huella que dejan y los grandes meritos de ambos.
Los dos diarios quedan en manos de dos jovenes hijos y hermanos de los anteriores como la forma de garantizar la continuidad de la relación con el Estado, así como ocurren con los grandes emporios televisión, respetando una linea de sucesión empresarial. Los dos herederos de esta vieja tradición, si bien viven los nuevos tiempos de la gobernanza, han optado por alinearse y dejar a un lado los cambios que requieren el periodismo chiapaneco, desde la visión editorial y empresarial.
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