En reacción por la inscripción de Zebadúa González a un partido ajeno al PRD, Zárate Izquierdo, afirmó que la impugnación que Emilio Zebadúa interpusiera ante la designación del candidato de la coalición Por el Bien de Todos en Chiapas, Juan Sabines Guerrero, “quedará sin efecto toda vez que Zebadúa se ha registrado por otro partido”.
Nota: El siguiente texto fue enviado a www.chiapasenlinea.info. La responsabilidad y la postura es de quién la firma.
Cuestión de Enfoques
¿Qué será del PRD sin Zebadúa?
Juan Pablo Zárate Izquierdo*
El 27 de abril de este año, no sólo se decidió en el Consejo estatal del PRD la intención de ir coaligados con el PT y Convergencia para las elecciones del 20 de agosto, sino también se decidió por elegir al candidato que la coalición ya aprobada por la mayoría de los consejeros debiera registrar ante el Instituto Estatal Electoral y recayó en la figura de Juan Sabines Guerrero.
Este hecho orilló a que nuevamente el diputado federal, Emilio Zebadúa González, impugnara tanto el Consejo perredista, así como la designación del candidato, toda vez que no le favorecieron los votos del proceso electivo que se abrió en ese evento de finales del mes pasado.
Después de ello, Zebadúa González ha dado sus versiones ante la opinión pública sobre la realización del Consejo Estatal, sobre los órganos de dirección del partido e incluso sobre el candidato electo, pero no ha dado su versión de que él se inscribió y participó en la contienda interna donde fue vencido.
Esto es, que el diputado plurinominal perredista que todavía es, Zebadúa, legitimó tanto el Consejo Estatal y el proceso de elección del candidato a Gobernador, así como su postulación y registro, pues del proceso electivo que se llevó a cabo en el pasado consejo estatal perredista se inscribieron Rutilio Escandón Cadenas, Juan Sabines Guerrero, Plácido Morales Vázquez y el mismísimo Emilio Zebadúa González.
De ahí que Sabines resultara con 159 votos, Emilio Zebadúa con 54, Plácido Morales con 4 y el caso de Rutilio Escandón fue de la declinación en pos de la unidad del partido.
Hasta ahí lo del consejo y la designación de Sabines como candidato.
Ahora; salta la noticia de que Emilio Zebadúa se registró el 4 de mayo como candidato a Gobernador por el Partido Nueva Alianza, lo que resulta una excelente noticia para el PRD, pues Zebadúa al fin decidió su suerte y con ello, ya no tiene caso la impugnación pues al final será postulado como candidato por otro partido y sus derechos de ser votado al final serán por otro lado.
Pero resultará extraño para la gente que seguía a Emilio Zebadúa que al fin decidiera su futuro en otro partido y no en el que lo vio nacer en la política partidaria (el PRD), puesto según veían al diputado como un “intelectual”, quien vendió muy barata la factura de sus seguidores, porque lo de intelectual no tiene nada qué ver con lo que Zebadúa oferta a unos cuantos ingenuos que dicen ser sus operadores.
Existen algunos mitos, en unos casos, y ciertos prejuicios ideológicos en otros, con relación al “intelectual” y el rol que juega en la sociedad y en este caso en el PRD. En cuanto a lo primero, empezaría por señalar que el término intelectual se ha reservado, por lo general, a los filósofos, poetas, ensayistas, pensadores, científicos sociales y todos aquellos personajes que han hecho de la palabra hablada y escrita su actividad primordial y de todas estas opciones, así como lo segundo ¿qué valores tendría Emilio Zebadúa para considerarlo como tal?
En teoría, todos los seres humanos pueden ser sabios, instruidos, "cultos" -si no lo son-, ello obedece a factores de carácter psicológico (mayor o menor capacidad intelectual determinada por el famoso "cuociente intelectual"), moral (debilidad de ciertas facultades espirituales que hacen a unos hombres vagos por naturaleza), biológicas (la raza) o, finalmente, geográficas (el clima, la región, etc.).
En cierta medida, pues, es el grado de instrucción el que asigna diferentes roles a los sujetos sociales. Sin embargo, sería un grave error –en el que incurre la mayoría de la gente y los seguidores de Zebadúa – pensar que por el hecho de cumplir funciones de dirección y mando, los sujetos correspondientes pertenecen a la categoría de intelectuales.
Cierto es que hay una estrecha relación entre el conocimiento y el ejercicio de funciones directivas o, en términos más generales, entre saber y poder. Pero el caso de Zebadúa no sólo quedó en la obtusa obsesión de ser el candidato del PRD a la gubernatura de Chiapas, sino que además cayó en la inmadurez política que su juventud le pretendía.
Ahora Emilio Zebadúa pagará el costo político de dejar a un gran partido con todo un programa de acción, estatuto, declaración de principios e ideales que tiene qué ver con la historia misma de México por un partido que representa una coyuntura electoral y que (así como el mismo ha criticado que los candidatos a gobernador del estado de Chiapas están marcados por las siglas del PRI) él mismo estará marcado por ese partido que según dice odiar: el PRI, puesto que el Partido Nueva Alianza es resultado de factores de intereses y una escisión del Revolucionario Institucional y su principal orquestadora, madrina y sobre todo auspiciadora es nada menos que Elba Esther Gordillo.
Así en esto de la política, nos preguntaríamos ¿Qué será del PRD sin Zebadúa? La respuesta es sencilla: seguirá siendo el gran partido que ganará el próximo 2 de julio las elecciones a la presidencia de la República y el 20 de agosto la gubernatura de Chiapas, con esa depuración natural como la misma naturaleza depura a diversas especies.
* Secretario de Finanzas del Comité Ejecutivo Estatal del PRD en Chiapas
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