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lunes, abril 10, 2006

A 87 años de la muerte de Zapata.

Y el zapatismo en Chiapas…

Isaín Mandujano

A Amador Camacho, mi abuelo materno, teniente de la Brigada del Ejército Libertador del Sur del General Rafael Cal y Mayor. In memorian.


Un 10 de abril, pero de hace 87 años, el general Emiliano Zapata murió acribillado a tiros. Esto, derivado de una traición que culminó con una emboscada perpetrada por el general carrancista Jesús Guajardo.

¿Pero qué es el zapatismo en Chiapas?

En Chiapas, pareciera que la historia oficial omitió dolosamente registrar un episodio de la Revolución Mexicana en la entidad. La disputa por el control político entre el poder económico de los mapachistas y el poder militar de los carrancistas, ha dejado de lado la lucha de otros protagonistas de esa parte de la historia: el primero, el único y el último movimiento netamente zapatista que operó en el estado de 1916 a 1920, encabezado por el General de Brigada Rafael Cal y Mayor.

Pocos son los que han rescatado esa parte de la historia, como una pieza perdida que permite ver y entender aun más ese rompecabezas. Antonio García de León, Thomas Benjamín y otros escasos investigadores han podido escudriñar ese capítulo que tuvo su fin en una comunidad de Cintalapa.

Hijo de hacendados, dueños de la Finca San Nicolás ubicada en la tierra del poeta Rodolfo Figueroa, Rafael Cal y Mayor partió a estudiar leyes a la entonces Universidad Nacional (hoy UNAM). Esto fue en los primeros años del siglo XX.

En la crisis política y social causada por la Revolución Mexicana la Universidad Nacional no pudo permanecer al margen de ella, cuyos universitarios maestros y discípulos tomaron partido, según sus principios e ideología.

Tal fue el caso de Antonio Díaz Soto y Gama, un académico de la escuela de leyes que dejó las aulas para convertirse en uno de los principales ideólogos del zapatismo y junto a él emigró de los pupitres a las armas su alumno Rafael Cal y Mayor.

Quién lo dijera, un hijo de hacendados luchando a lado de las causas zapatistas contra los caciques y terratenientes. Cal y Mayor escaló muy rápido los grados militares y todo eso fue por su arrojo en las incursiones armadas revolucionarias.

Tanto así, que fue uno de los miembros del selecto grupo de jefes militares zapatistas que representaron al zapatismo en la Convención de Aguascalientes en 1914.

Era un activo militar zapatista que incluso había ocupado un cargo en el gobierno revolucionario que dejaron Zapata y Villa a llegar a la capital del país. Pero el sueño de Cal y Mayor como jefe zapatista iba más allá de eso. Quería hacer la revolución en Chiapas y otros estados del sureste mexicano como Tabasco, Campeche y Yucatán, hacer valer el Plan de Ayala.

Si bien ya tenía la orden de partir al sureste mexicano desde abril de 1915, no fue sino hasta noviembre de ese mismo año que salió del Cuartel General de Cuautla, Morelos con más de 300 zapatistas, entre jefes militares y elementos de tropa.

Llegar a Chiapas fue toda una odisea. Cal y Mayor no llegó a Chiapas sino hasta abril de 1916 con tan solo 20 soldados. La mayoría de ellos murieron, desertaron, cayeron prisioneros en manos del enemigo quienes los fusilaros, en Oaxaca donde operaban carrancistas y felicistas (soldados del general Félix Díaz, sobrino del malogrado Porfirio Díaz).

Cuando por fin estuvo en su estado natal. Le fue difícil iniciar, pues los carrancistas encabezados por el general Jesús Agustín Castro, tenían controlado militarmente el estado desde septiembre de 1914.

Si bien anduvo cerca de la Finca San Nicolás, propiedad de sus padres, no pudo llegar a ella, pues más de 400 carrancistas ya la tenían tomada y esperaban a que llegara a pertrecharse de víveres y ahí capturarlo.

Pudo evadir el cerco y entrar en contacto con sus familiares a través de mensajeros, mozos de sus padres. Y al saber de supuestos villistas que operaban en Chiapas busco entrar en contacto con ellos. Lo hizo hasta el mes de mayo con Tirso Castañón y Agustin Castillo Corzo y después con el jefe del grupo armado, Tiburcio Fernández Ruiz, a quien le dio gusto encontrárselo por haber sido de la misma generación en la escuela de leyes.

En tanto que Cal y Mayor quería hacer valer el Plan de Ayala, liberando mozos y repartiendo las tierras de la fincas a los trabajadores, los supuestos jefes villistas muy pronto mostraron el cobre, pues ellos no luchaban por el reparto agrario, uno de los principios básicos de la revolución, al contrario luchaban contra ello y la única demanda que enarbolaban era la salida de los carrancistas de Chiapas.

Así se lo hizo saber Tirso Castañón a Cal y Mayor en una discusión. Por eso la alianza entre los zapatistas y los supuestos villistas no duró más de tres meses. Los zapatistas andaban ahora a salto de mata huyendo y enfrentando no solo a los carrancistas sino a los “villistas” que pasaron a la historia como los mapachistas.

Cal y Mayor anduvo por toda la zona de los mezcalapas, hizo de la Selva Zoque su bastión. Sus operaciones militares partían y tenían como base de operaciones toda esa zona que hace el vértice de Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Tabasco.

Para algunos Cal y Mayor su Brigada del Ejército Libertador del Sur, fue un villano que les robó sus cosechas y vacas, para otros un héroe que repartió tierras y liberó mozos.

Al ser asesinado Zapata el 10 de abril de 1919 en la hacienda de Chinameca, Morelos, producto de una traición, hasta el Cuartel de Pozo Colorado llegó la mala noticia al general Cal y Mayor y su tropa. En tiempos del caudillismo muriendo el líder se viene abajo el movimiento.

El gobierno propuso a Cal y Mayor deponer las armas, éste a cambio le propuso al gobierno que le comprara la Finca San Nicolás a sus padres para que esa misma pudiera repartirla entre sus soldados y él se iría de Chiapas.

El gobierno de Álvaro Obregón le compró la Finca San Nicolás de más de 4 mil 500 hectáreas, a un precio sobrepagado en oro.

Ahí se fundó en 1920 la Colonia Agrícola Militar General Emiliano Zapata. La primera que lleva ese nombre en Chiapas. Pues ahí quedó el último reducto y bastión del zapatismo en el estado.

Cal y Mayor, aplicó en Chiapas su muy particular punto de vista de concebir el Plan de Ayala, que las tierras fueran pequeñas propiedades y que los campesinos estuvieran armados para cuidarla y defenderla por siempre, por ello el nombre de Colonia Agrícola Militar.

A 86 años de su creación, esa pequeña comunidad dedicada a la agricultura y ganadería a menor escala, ha venido a menos. La migración ha hecho que ahí solo deambulen por sus calles mujeres, niños y ancianos. Los jóvenes y hombres adultos prefieren buscar nuevas expectativas fuera de la polvorienta comunidad, cada vez más parecida a Comala de Juan Rulfo.

De Cal y Mayor y esa “historia poco gloriosa”, como lo llamó el investigador norteamericano Thomas Benjamín, miembro del departamento de historia de la Universidad Central de Michigan, poco saben los moradores de la colonia Emiliano Zapata. Los niños que asisten a la escuela primaria que lleva el nombre del general zapatista tampoco conocen esa historia.

De los viejos que militaron en ese movimiento zapatista uno a uno fueron muriendo a lo largo de estos 86 años. Y de Cal y Mayor, solo queda en aquellos territorios, los nombres que les puso a sus campamentos cuando paso por ellos y pisó por vez primera esa selva virgen. Constitución, Cal y Mayor, Felipe Ángeles, Plan de Ayala, Francisco I. Madero y otros.

Parte de esta historia me la contó mi abuelo materno, Amador Camacho, quien fue teniente de esa brigada zapatista y parte también la han documentado algunos pocos historiadores. Ahí fue donde nací hace 32 años, 55 años después de la muerte de Zapata.

Algunas fuentes documentales:

Benjamin, Thomas

UNA HISTORIA POCO GLORIOSA: INFORME DE RAFAEL CAL Y MAYOR AL GENERAL EMILIANO ZAPATA, 1917

Historia Mexicana

Revista Trimestral publicada por el Centro de Estudios Históricos

El Colegio de México


Vol. XXXII, Abril-Junio 1983, No. 4, Pp. 597-620.


México, DF., 1983

Diccionario Biográfico de la Revolución Mexicana

Instituto de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana (INEHRM)

Secretaría de Gobernación


Cal y Mayor Gurría, Rafael


Tomo II

México, 1991

Pag. 48-50


García de León, Antonio


Resistencia y Utopía


Memorial de agravios y crónica de revueltas y profecías acaidas en la provincia de Chiapas durantes los últimos 500 años de su historia.


México, DF., 1985
Ediciones Era,
542 Pags.

1 comentarios:

Raúl Ríos dijo...

Empiezan las colaboraciones, no me dijiste Chaino pero no creo que te enoje que lo publique. :D

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